9 de febrero de 2011

A veces...

A veces las cosas llegan cuando más lo necesitas y a veces incluso cuando menos te los esperas. De nada sirve planificar en este mundo voluble y caprichoso que te lleva de un lado a otro, del olvido más absoluto al protagonismo más radiante, de la soledad más fría al abrazo mas caliente y cariñoso.
Sabía que muchas cosas iban a cambiar en mi vida. Quería que muchas cosas cambiaran en mi vida. Era hora de darme un giro (Ineed a giro! U.) y pensaba que era yo el que iba a tomar la iniciativa de hacerlo, pero de la noche a la mañana y desde lo más amargo a lo más dulce mi vida cambió radicalmente en espacio de unas semanas. Sé que muchos otros cambios están aún por llegar y ahora he aprendido que a veces es mejor ser paciente que dejarse llevar por la obsesiva intención de mandarlo todo al carajo.
No tengo apenas tiempo para mi mismo, estoy físicamente agotado pero muy contento y sobre todo... esperanzado y paciente.

Y entonces vuelvo a recobrar la cordura para intentar disfrutar de ese corto espacio de tiempo de inconsciente felicidad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario